En resumen: tenemos que mantener a la gente en sus casas.

En los últimos años, la vivienda en Santa María se ha vuelto cada vez más inasequible a medida que se agravaba la crisis inmobiliaria. Los residentes se ven obligados/as a duplicar, triplicar o cuadruplicar el número de personas con las que viven sólo para llegar a fin de mes. Los inquilinos luchan contra los incrementos de la rente, al borde de desalojamiento. Muchos de nuestros vecinos se han visto obligados/as a quedarse sin hogar.

Santa María puede ser un lugar con viviendas asequibles para todas las personas en diferentes etapas de su vida. Debemos proteger a nuestros residentes de ser expulsados/as de sus hogares. Los lideres de la ciudad podrían apoyar el desarrollo de viviendas para satisfacer las necesidades de sus residentes.

Debemos mantener a los residentes en sus hogares. Necesitamos un control de alquileres para proteger a los residentes de un aumento injusto de los costos de renta. Necesitamos proteger a los inquilinos de los desalojamientos injustos. Necesitamos legalizar el desarrollo de viviendas para todas las situaciones: viviendas para individuos particulares, estudiantes, parejas y personas de la tercera edad.

En resumen: los trabajos en Santa María deberían pagarte lo suficiente para vivir en Santa María.

El costo de la vida en Santa María se ha disparado y el salario mínimo no ha seguido el mismo ritmo. La reciente inflación no ha hecho más que empeorar la situación. El salario mínimo no era suficiente para vivir antes y es absolutamente insuficiente para vivir en 2024. Además, muchos de los miembros de nuestra comunidad trabajan en condiciones inseguras e injustas.

Trabajar en Santa María puede ser una experiencia digna. Con 40 horas de trabajo a la semana, mereces poder permitirte un techo, comida en la mesa, descansar y disfrutar de tu vida. Los lideres y concejales de la ciudad tienen el poder de aumentar las oportunidades de trabajo digno.

Necesitamos empleos locales que paguen un salario digno y empleos que paguen un salario que mantenga a la familia. Necesitamos garantizar un entorno de trabajo seguro para todas las personas, libre de explotación salarial y laboral. Necesitamos proteger y fomentar el derecho a organizarse en el lugar de trabajo y exigir cuentas a los malos funcionarios.

En resumen: Hay que apoyar y dar prioridad a los negocios locales en Santa María.

Durante décadas, cuando Santa María construye comercios, lo hace con grandes almacenes de corta duración y centros comerciales. Construimos comercios orientados a la autopista, diseñados para servir a los que pasan por nuestra comunidad, en lugar de negocios locales diseñados para servir a la comunidad. Subvencionamos el desarrollo de grandes superficies comerciales, dificultando la supervivencia de negocios locales que provienen de generaciones familiares que han invertido en esta comunidad.

Santa María puede ser una ciudad donde los negocios locales prosperen y atiendan las necesidades de los vecinos. Necesitamos lideres municipales que den prioridad a las necesidades de las empresas locales y de los residentes.

Tenemos que acabar con las subvenciones a las empresas nacionales. Tenemos que reducir las barreras de entrada que las empresas locales enfrentan y crear oportunidades para que tengan éxito. Tenemos que reimaginar dónde pueden operar las pequeñas empresas e incentivar estructuras empresariales alternativas.

En resumen: las vecindades deben ser equitativas y accesibles para todas las que residen en Santa María.

En los últimos 70 años, Santa María ha apostado una y otra vez por los fraccionamientos como principal forma de organizar nuestras vecindades. En estos lugares no hay forma práctica de acceder a ningún servicio, como una tienda de comestibles, y mucho menos a un puesto de trabajo, sin el elevado costo de poseer y mantener un coche. Además, los fraccionamientos nos separan de nuestros vecinos, dificultando la creación de comunidad y contribuyendo a la epidemia de soledad.

Santa María puede ser un lugar cómodo para vivir, para todas las personas que residen aquí, y al mismo tiempo hacer de la ciudad un lugar más asequible para vivir. No podemos repetir el mismo patrón esperando resultados diferentes.

Tenemos que empezar a construir barrios que puedan ofrecer una vida completa: hogar, escuela, trabajo, compras, comunidad y espacios abiertos. Tenemos que permitir que nuestros barrios evolucionen lenta y suavemente para proporcionar más recursos a los residentes actuales sin desplazarlos de sus hogares. Tenemos que reclamar nuestras vecindades como un lugar para la comunidad, no sólo como lugar para dormir por la noche.

En resumen: tenemos que exigirles cuentas a los lideres de la ciudad para lograr un cambio y no seguir manteniendo el “status quo”.

Durante los últimos 15 años, la ciudad ha entrado cada año en un déficit estructural. La ciudad ha retrasado importantes tareas de mantenimiento, lo que ha provocado el deterioro de los parques, el mal estado de las carreteras y la limitación del horario de los centros comunitarios y las bibliotecas. La ciudad ha retrasado la contratación de puestos importantes y ha dejado de pagar a sus empleados un salario justo.

Santa María puede tener un presupuesto equilibrado, hacerse cargo de sus responsabilidades de mantenimiento y ampliar los servicios que ofrece. Tenemos que abordar de forma proactiva los retos financieros estructurales de esta ciudad: depender de las nuevas oportunidades de desarrollo para pagar los compromisos financieros anteriores.

Tenemos que fomentar un desarrollo que pueda sostenerse por sí mismo sin agotar los recursos de la ciudad. Tenemos que escuchar a la comunidad cuando nos dice cuáles son sus prioridades. Necesitamos un presupuesto sostenible, lo que exige responsabilidad por parte de nuestros lideres y supervisión de la comunidad.

Bottom line: The number one way to reduce competition for parking is to reduce the need for parking.

A medida que Santa María crece y la posibilidad de ser propietarios/as de nuestro propia casa se ha vuelto inalcanzable para el residente promedio, muchos han tenido que recurrir a vivir con varias personas a la vez. Inevitablemente, esto conduce a más coches aparcados en en nuestras calles, creando tensión entre nuestros vecinos.

Santa María puede ser una ciudad en la que los residentes no tengan que preocuparse de dónde aparcar después de un largo día de trabajo o de dejar recados en los autos de otras personas. Puede ser una ciudad en la que el viaje de vuelta a casa sea algo agradable.

Tenemos que dar prioridad a las alternativas a la conducción en coche para que algunos de nosotros podamos optar por ir a pie, en bicicleta o en transporte público. Tenemos que dar prioridad a las necesidades de los que ya utilizan alternativas porque mantienen abiertas las plazas de aparcamiento. Tenemos que permitir que algunos puestos de trabajo y las empresas estén más cerca de casa para que tomar una alternativa sea una opción realista.